viernes, 4 de abril de 2008

Contigo


Escribo estas líneas en una noche sin luna, embelesado por la panorámica de tu cuerpo desnudo que yace aquí a mi lado. Entre sorbo y sorbo de café frío, espero la llegada del amanecer que acabará para siempre con la mejor de las madrugadas.

Escribo prácticamente a oscuras, gracias a la luz de las escasas farolas que alumbran la calle y rompen la cortina de humo que impide ver las estrellas. Y, mientras escribo, escucho el silencio roto por el bolígrafo rasgando el papel y por tu respiración, tranquila y profunda, que acompaña al suave movimiento de tu pecho durante el sueño.

En estos momentos desearía tocarte y sentir bajo mis dedos la exquisita uniformidad de tu anatomía. Podría alargar la mano y hacerlo, y entrelazarme a ese cuerpo que hace tan sólo unos minutos formaba parte del mío, pero no lo haré. Me conformo con observarte plácidamente mientras duermes y mientras respiras; mientras te llevas todo el aire que a mi me falta cuando estoy contigo.

No hay comentarios: